Apenas transcurridos 80 días desde que el actual gobierno de Israel entró en funciones, hoy, la mayoría de los analistas políticos del país coinciden en recalcar la gran posibilidad que se llame a nuevas elecciones en los próximos días. Se trataría de la cuarta vez en menos de dos años.
En general, las repetidas y conocidas escaramuzas entre componentes de coaliciones gobernantes generalmente se resuelven en compromisos mutuos. En esta oportunidad el tiempo, bajo control de Netanyahu, tomó la función de espada de Damocles capaz de cortarle la cabeza a este gobierno si no logra promulgar ley del presupuesto nacional hasta el 25 de agosto próximo.
Según la norma, todo nuevo gobierno debe aprobar su presupuesto hasta 100 días de su constitución, caso contrario, automáticamente se debe llamar a nuevas elecciones. Arribando a esa situación, teóricamente existe una posibilidad de formalizar un nuevo gobierno con el mismo parlamento, pero con la imposibilidad de coronar a Netanyahu o Gantz como primer ministro. Bajo esa condición, esta alternativa, en la práctica, pasa a ser irrelevante. Antes que caiga la espada de Damocles, en las dos semanas que restan, Netanyahu podría formar nuevo gobierno con este parlamento. Difícilmente hoy podría lograr algo que con las mejores intenciones no lo pudo tres meses atrás.

En el acuerdo de coalición entre Netanyahu y Gantz se estableció que se aprobaría un presupuesto especial para el periodo de los meses que restan de 2020 junto con todo el año 2021. Al poco tiempo de la jura del nuevo gobierno Netanyahu elevó la exigencia de desdoblar el plan acordado. Un primer presupuesto a ser promulgado hasta el 25 de agosto con vigencia hasta fin de 2020, y, a fin de ese año, otro para 2021. Gantz se opone exigiendo el cumplimiento a rajatablas del acuerdo de coalición.
Tanto la visión del Gobernador del Banco Central de Israel, como la de una amplia gama de conocidos empresarios y economistas (Calcalist, 9-8-2020), junto al sentido común, están detrás de la conclusión que la exigencia de Netanyahu esconde otros intereses que no tienen ninguna vinculación o razón económica detrás del repentino cambio de sus demandas ante Gantz, y no es más que un pretexto para llamar a elecciones anticipadas en noviembre de 2020.
Dado que desde la firma del acuerdo de coalición no surgió ningún tipo de confrontación política significativa entre Gantz y Netanyahu (el desacuerdo respecto de la anexión se sabía de antemano y por el momento es irrelevante), no hay duda que la intención del primer ministro de Israel de adelantar las elecciones, con gran seguridad, está respaldada por ponderaciones de intereses personales antes que intereses generales del país. No en vano tiempo atrás la renombrada periodista israelí Ilana Dayan aseguró que “Netanyahu llegó a creer que el estado es él” (Radio Jai, 11-1-17).
El desafío es justamente tratar de descifrar la lógica de Netanyahu detrás de tamaño dislate de adelantar elecciones en esta oportunidad.
Si bien Netanyahu se pudo considerar satisfecho con la decisión de la Corte Suprema que le permitió asumir el cargo de primer ministro elegido de Israel pese a los pesados cargos de corrupción pendientes de juicio en tribunales, una serie de circunstancias posteriores ponen en seria duda sus futuras posibilidades e inclusive, según su visión, podrían entorpecer sus planes de salir de esta saga como mártir inocente.
En primer lugar, está pendiente la demanda interpuesta ante la Corte Suprema que impida de Netanyahu, como persona procesada por corrupción, de asumir la función de primer ministro alternativo en momentos de traspasar el mando a Gantz a fines de 2021. Los argumentos que en su momento se basó la misma Corte cuando le permitió asumir la función de primer ministro elegido, probablemente no sean suficientes en este caso y su destino sea el confinamiento en su mansión de Caesarea.
En segundo lugar, el tribunal que juzga a Netanyahu decidió el inicio del interrogatorio a testigos en tres sesiones diarias por semana a partir del mes de enero 2021 con la necesaria presencia del acusado. Bajo estas condiciones, muy probablemente Netanyahu deba enfrentarse a una nueva demanda exigiendo su remoción de la función de primer ministro alegando justificadamente “imposibilidad de cumplir las exigencias del cargo”.
En tercer lugar, los expertos dejaron trascender que Netanyahu, en su incesante búsqueda de toda posibilidad de detener su juicio, está planeado la promulgación de la denominada ley francesa. Según esta norma, no se puede enjuiciar al primer ministro todo tiempo que está en funciones, y, como consecuencia, todo el proceso se pospondría todo el tiempo que Netanyahu continúe con el cargo de primer ministro.
En cuarto lugar, en estos días comienza el proceso destinado a la nominación del próximo Fiscal de Estado en reemplazo del conocido Shay Nitzan. Esta función deberá cumplir un rol predominante durante el juicio a Netanyahu. La elección de un candidato que Netanyahu considere “comprensivo” u “hostil” es crítica para él.
En todas estas circunstancias, el accionar del ministro de justicia es crucial con capacidad de promover o frenar los distintos procesos según el cálculo de costo-beneficio de Netanyahu. Como se sabe, esta cartera esta a cargo de A Avi Nissenkorn de Azul y Blanco que no da muestras de predisposición alguna de ayudar a Netanyahu.
La única posibilidad de desprenderse de Nissenkorn y de su nocivo potencial político, en ojos de Netanyahu, es formar un nuevo gobierno. En este sentido, hay otro factor más que aporta a cocinar el plan de Bibi de llegar al 25 de agosto sin presupuesto con la consecuente llamada automática a elecciones. Los sondeos de los últimos días, si bien por un lado muestran una significativa caída del Likud, por el otro, asignan una clara mayoría con 63 a 64 bancas al bloque de derecha que respalda a Netanyahu.
Sopesando todos estos elementos, da la impresión que Netanyahu, preocupado principalmente por su futuro y el de su familia, ya ha decidido que la mejor alternativa personal es el llamado automático a elecciones, sin depender de otros partidos, para noviembre de 2020. Como ya se sabe, el resto de parlamentarios del Likud continúan bajo la conducta de un rebaño sumiso.
Gran parte de la sociedad israelí se siente traicionada por este incomprensible devenir. Avi Benayahu, periodista y ex vocero del ejército de Israel fue quien aportó la mejor descripción de la situación. “El Estado de Israel es como un avión que fue secuestrado por su piloto, la azafata y su hijo en un vuelo al infierno” (Twitter de Avi Benayahu7-8-2020).
Nada bueno le depara el futuro a Israel.
Ojalá me equivoque
Daniel Kupervaser
Herzlya – Israel 9-8-2020
kupervaser.daniel@gmail.com
@KupervaserD
Hay otra espada de Damocles y no solo sobre Netanyahu sino sobre toda la sociedad israeli.Afirman expertos que la morbilidad del Covid-19 va en ascenso.Eso lo podemos corroborar viendo el aumento de enfermos graves y de fallecidos.Si se tuviese que decidir otra cierre total,hay que hacerlo ahora,porque en un mes es Rosch Hashana y ahi si seria un desastre,Pero un cierre ahora es tremendamente antipopular dada la sit. economica y las protestas que esta ha creado que crecen semana a semana.Netanyahu tiene un dilema: no puede postergar y no puede realizarlo ahora.Que va a decidir ?