Al mejor estilo americano, la película “Salvar al soldado Ryan”, en su versión original en inglés, nos ofrece un típico final feliz de un soldado que vuelve sano y salvo del campo de batalla. En su versión en hebreo, en el medio de su proyección, “Salvar al general Gantz” nos da la impresión que el final feliz es mas bien una utopía.
La historia política del ultimo medio siglo de Israel rebosa de ejemplos de generales que decidieron pasarse del campo de batalla militar a la arena política. En su gran mayoría, estos valientes y condecorados guerreros finalizaron su segunda carrera sin pena ni gloria, generalmente sin dejar huellas marcadas en la historia política de Israel. En ese sentido, el general Gantz, el modelo de este ultimo tiempo, no es la excepción. No en vano, el conocido analista Yossi Verter titula su última nota: “Con acuerdo o sin él, las sucesivas rendiciones de Gantz frente a Netanyahu aseguran su muerte política” (Haaretz, 20-12-2020).
Durante los últimos 50 años accedieron a la Jefatura del Estado Mayor del Ejército de Israel 18 generales.
Doce de estos generales se incorporaron al campo de la política tras su retiro: Ygael Yadin, Moshe Dayan, Haim Bar Lev, Yitzhak Rabin, Mota Gur, Rafael Eitan, Amnon Lipkin Shajak, Ehud Barak, Shaul Mofaz, Moshe Yaalon, Gabi Ashkenazi y Benny Gantz.
Cuatro desistieron o se les cerró el camino: David Elazar, fallecido al poco tiempo de ser destituido por la comisión investigadora del fracaso de la guerra de Yom Kipur. Moshe Levy y Dan Shomron, por iniciativa propia. Dan Halutz a raíz de la pálida imagen proyectada en la segunda guerra del Líbano en 2006.
Un general sopesa en estos días su ingreso a la política: Gabi Aizenkot.
Un general aún está en funciones de jefe del Estado Mayor: Aviv Kochavi.
A la par de estos jefes del Estado Mayor incorporados a la política después de arribar al más alto cargo de la pirámide de grados del ejército israelí, otros generales, con cargos militares de menor importancia, también eligieron la carrera política como su nueva profesión. Esta lista incluye 12 generales a saber: Yitzhak Mordechai, Danny Yatom, Biniamin Ben Eliezer, Matan Vilnai, Rahavam Zeevi, Efi Eitam, Avigdor Kahalani, Galant Yoav, Mordechai Tzipori, Aharon Yariv, Ezer Waitzman y Ariel Sharon.
De los 30 altos jefes militares enumerados, solo 3 arribaron a la cúspide de primer ministro: Yitzhak Rabin, Ehud Barak y Ariel Sharon.
Si se trata de hacer un orden según los logros en el campo de la política, no hay duda que solo tres de estos generales merecen la mención como aquellos que dejaron huellas muy bien marcadas en la historia política israelí. Se trata de Dayan, Rabin y Sharon. Otros dos generales sobresalieron, aunque no lograron arribar a los mas altos niveles: Barak y Waiztman. El resto, la gran mayoría, no se hicieron notar significativamente, no se sobrepusieron a una mediocridad y prácticamente quedaron postergados por la historia.
En su gran mayoría, la aureola de sagaces estrategas y brillantes guerreros con que la sociedad israelí condecora a sus altos oficiales, los convenció que la rapidez, astucia y perspicacia en la toma de decisiones típicas del campo de batallas militares son el mejor trampolín para dar el gran salto a la política. Lamentablemente, allí donde la victoria se mide por la capacidad de movilizar masas populares detrás de una ideología y estrategia que finalmente debe traducirse en apoyo y voto masivo en urnas en vez del numero de enemigos muertos, los grados militares en el hombro del oficial se convierten en un símbolo superfluo.
Hoy no hay mejor demostración de cómo un capitán en retiro del ejército, Benjamín Netanyahu, vapulea y rebaja cómodamente en la política a tres ex jefes del Estado Mayor del Ejército de Israel: Gantz, Azhkenazy y Yaalon.
Daniel Kupervaser
Herzlya – Israel 22-12-2020
kupervaser.daniel@gmail.com
@KupervaserD
No solo en politica fracasaron, esos generales, sino desde la ulitma victoria que tuvieron en la Guerra de los 6 dias , cuando la victoria se les subio a la cabeza, no ganaron ninguna guerra cuando los fracasos militares se acumularon desde la Guerra de Iom Kipur y la culminacion en el Pantano de Libano 1 y 2.
Lo que sucede es que la memoria de Israel es muy flaca en cuestiones militares y como es un ejercito de Defensa de la Ocupacion y no de Defensa, como fue su definicion desde su creacion, erl publico israeli tiende a atribuirle mas de lo que se merecen.Los militares israelies desde 1966 hasta hoy carecen de todo tipo de pensamiento estrategico politico profundo y a largo plazo. Son unos chatos, con medallas de lata.