Las recientes elecciones en Israel se caracterizaron por la desaparición del componente ideológico como factor predominante en la inclinación del votante. Como consecuencia de ello los bloques políticos como base de la conformación del próximo gobierno se constituyeron en base a la identificación o reprobación personal de los candidatos.
Como resultado del proceso eleccionario se conformaron los siguientes bloques.
Bloque por Netanyahu: Likud, religiosos ultra ortodoxos y el Sionismo religioso. Bancas totales: 52
Bloque anti Netanyahu: Yesh Atid, Azul y Blanco, Avoda, Israel nuestra Casa, Meretz y Nueva Esperanza. Bancas totales: 51
Partidos no aliados a bloque alguno:
Yemina: 7 bancas
Lista Arabe Unida: 6
Raam (de Mansur Abbas): 4
La constitución de un nuevo gobierno estable y duradero demanda el apoyo y confianza de al menos 61 bancas. Sin embargo, se puede formar gobierno sin garantía de estabilidad por medio de una mayoría simple de los 120 miembros de la Knesset.
¿Cuáles son las alternativas?
En una de las circunstancias mas impensables en la historia política de Israel, la composición del próximo gobierno quedó en manos de listas árabes.

Si los partidos árabes deciden no identificarse con ninguno de los dos bloques absteniéndose en la votación, Bennet de Yemina tendrá el poder de coronar el futuro primer ministro de Israel inclinándose por uno de los dos bloques. Coronación de Netanyahu: 59 votos a favor, 51 en contra y 10 abstenciones. Coronación de candidato del bloque anti Netanyahu: 58 votos a favor, 52 en contra y 10 abstenciones.
Una vez que Bennet se incline por uno de los dos bloques, el acoplamiento de una de las dos listas árabes es suficiente y crea las condiciones para la constitución de un gobierno estable con 61 o mas bancas a favor.
Si se lo proponen, las dos listas árabes conjuntamente pueden hacer fracasar una de estas dos alternativas elegida por Bennet, simplemente acoplándose a los votos en contra en la votación de coronación.
Alternativamente, en el futuro, según el desarrollo de los acontecimientos y en el momento que elijan, las listas árabes pueden voltear al gobierno elegido simplemente acoplándose a la oposición de los partidos “judíos”.
Personalmente me inclino a pensar que los partidos identificados con la población árabe israelí optarán por la abstención en la votación a los efectos de favorecer la formación de gobierno por uno de los dos bloques, pero permanecerán todo el tiempo en guardia para derrocarlo e inclusive coronar a la oposición si no cumplen con las promesas hacia la población que ellos representan.
No se debe dejar pasar el hecho que esta insólita situación en el Estado Judío transcurre con una población árabe que representa no más del 20% del total. Solo basta imaginar un futuro posible con mas del 50% de la población árabe en Israel como estado binacional como consecuencia de la continuidad de la colonización judía en Cisjordania.
Daniel Kupervaser
Herzlya – Israel 1-4-2021
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