UNA VISIÓN NO HISTÉRICA DEL PROBLEMA DEL AVANCE IRANÍ EN SU PROGRAMA DE DESARROLLO DE POTENCIAL NUCLEAR
ARIEL LEVITE: “LA CARRERA CONTRA EL DESARROLLO NUCLEAR DE IRÁN ES UNA MARATÓN, NO UN SPRINT”
Es hora de aprender la lección de los esfuerzos que hemos realizado durante más de 20 años para frenar el avance de Irán para equiparse con armas nucleares.
Irán aparentemente no ha abandonado su búsqueda de armas nucleares, pero no ve ninguna urgencia en lograr este objetivo y busca minimizar los riesgos involucrados en alcanzarlo. Por lo tanto, cometimos un error con referencia al momento en que Irán logre su cometido original de su programa nuclear. Incluso hoy, Irán no ha fijado concretamente tal objetivo. Aunque enriquece uranio en grandes cantidades, tiene cuidado de no volver a producir componentes de una bomba atómica. Entonces, es mejor enfrentar el hecho de que estamos frente a Irán en una maratón y no en un sprint, y organicemos nuestros accionar en consecuencia.
El Irán nuclear de hecho representará un desafío difícil para Israel y también puede acarrear a la región a una carrera armamentística nuclear. Y, pese a ello, Irán no tiene la capacidad de amenazar nuestra propia existencia o la materialización del sueño sionista. Israel se ha preparado para tal realidad durante más de una generación. Parece que disponemos de las capacidades para disuadir y defendernos de una amenaza nuclear iraní, como así también, para hacer frente a su avanzada capacidad de operar cerca del umbral nuclear. Pero no debemos suicidarnos por este propósito ni esclavizar todos nuestros recursos para su consecución

Durante mucho tiempo operamos en un frente amplio, solos y también con Estados Unidos, Europa e incluso Rusia, para frustrar los proyectos de los ayatolás de Teherán. Combinamos diplomacia, audaces operativos secretos, guerra psicológica y ataques militares. Todos estos esfuerzos lograron hasta el día de hoy disuadir a Irán de su carrera hacia una bomba y de la ruptura de todos los esquemas. Pero no está dentro de nuestras posibilidades hacerla retroceder a su sueño de armamento nuclear y a sus planes lograr la posición de estado en umbral atómico. El peligro de nuestras aspiraciones a más, es que justamente logremos lo opuesto: incitemos a Irán a conseguir armamento nuclear.
La campaña encubierta contra Irán frena (sin avivar el conflicto) su esfuerzo para construir un marco disuasivo contra un ataque israelí en Líbano, Siria, Irak y Yemen. Los asesinatos también han profundizado la sensación de vulnerabilidad de Irán y lo disuaden de avanzar rápidamente por el camino crítico. Pero los asesinatos en sí mismos no son capaces de obstaculizar físicamente de manera significativa el proyecto iraní. También instan a Irán a tomar medidas que dificulten en el futuro ejercer una opción militar contra él. Además, la proliferación del acoso y entorpecimiento (como en el caso cibernético) nos arrastra a una guerra de desgaste de la que es poco probable que nos beneficiemos.
Nuestras amenazas de atacar militarmente no es un elemento de mayor consideración para los iraníes. Ellos están sistemáticamente preparados para defenderse y responder directa e indirectamente a través de sus aliados en la región. Las amenazas también son un arma de doble filo. Instan a Estados Unidos (y a otros) a actuar con más determinación contra Irán, pero también, y, sobre todo, a luchar por un acuerdo que limite el progreso iraní y haga innecesaria e ilegítima la acción militar israelí contra él. USA esta disuadido de un operativo militar contra Irán. Su desánimo creció junto con el mejoramiento de la potencialidad de represalia de Irán, a la par que crece su temor a un enredo militar (en el Medio Oriente o con Rusia en Ucrania) que lo desvíe de su enfrentamiento estratégico con China y del tratamiento de sus candentes problemas internos.
El temor de Estados Unidos a que Israel lo arrastre a una confrontación militar con Irán alimenta la diplomacia y le da urgencia, especialmente todo tiempo que Israel intensifica su retórica sobre los preparativos para una acción militar independiente. Alentamos a USA a empecinarse por condiciones de un acuerdo duro para Irán, pero el resultado es inverso: avance hacia un acuerdo modesto y casi malo a cualquier precio.
Los primeros ministros Ariel Sharon y Ehud Olmert entendieron los límites de nuestra fuerza, y en vez de proyectarse públicamente como lideres de una campaña contra Irán, actuaron con decisión entre bambalinas y sin temor a las reacciones de Irán, que jugarían a favor de los extremistas del régimen iraní y les permitirían aprovechar exitosamente el plan nuclear para fortalecer su legitimidad y posicionamiento internacional. Es mejor preparar con vigor y perseverancia (que no caracterizó la era de Benjamín Netanyahu) todo lo que se requiere para el día que se dé la orden como última opción, pero prestar atención de hacerlo silenciosamente. Mientras tanto, no enfrentarse con la diplomacia estadounidense, sino esforzarnos por lograr un entendimiento con ella sobre el trabajo conjunto, las líneas rojas y también la asistencia necesaria para desarrollar nuestra capacidad de acción.
El logro más significativo para detener el plan iraní hasta la fecha ha surgido de la presión continua sobre él que llevó a un acuerdo que redujo sus pasos y lo mantuvo dentro de sus límites. Esta presión se alimentó de los movimientos israelíes, pero Israel no lideró. El fracaso más notable provino del incumplimiento del marco del acuerdo por parte de Donald Trump con el entusiasta aliento de Netanyahu, que liberó a Irán de las limitaciones del acuerdo y le permitió abrirse paso en el enriquecimiento de uranio.
Internamente, la situación de hoy en Irán es muy mala, pero las sanciones no abatirán a su liderazgo. Sin embargo, no ha madurado para lanzarse al armado de armas nucleares. Es preferible continuar manejando esta maratón estratégica de obstaculización, cobrar de Irán precios, imponerle líneas rojas en su desarrollo armamentístico, limitarla en su avance (incluso en acuerdos parciales) y prepararse para una acción internacional (y sin opciones tal vez independientemente) si las transgrede. Mientras tanto, jugar con el tiempo. Esperar pacientemente a que maduren los cambios internos que se reflejarán también en el orden de prioridades de Irán y en su búsqueda de armas nucleares.
Ariel Levite es un investigador de la Carnegie Foundation y en el pasado fue Vice Director de la Comisión de Energía Atómica de Israel.
Haaretz, 18/12/2021
Traducción
Daniel Kupervaser
Herzlya – Israel 19-12-2021
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kupervaser.daniel@gmail.com
@KupervaserD